Con la voz grave, recostado, soportando el peso de su grasienta masa corporal que se hace viva con los bultos de su rostro que no le permiten definirse todavía como un hombre. Grita, un aullido medio pelado por los estragos de la adolescencia inunda la zona, quiere llamar la atención pero aún no lo consigue. Alzando los puños como cual orangután se tratase comienza a dar golpes a cualquier objeto que le produzca una mera satisfacción, cuanto más ruido haga mejor..-¿Será su ritual de apareamiento?¿Estará buscando a su hembra?¿Su método de supervivencia?. En la selva sobreviviría desde luego, reúne las características de ese animal líder de la manada que con su puño y virilidad atraería a la multitud. Pero esta bestia pesada y asquerosamente humana se ha equivocado de sitio, la fiera no es para nada un ser silvestre que lucha para conseguir su alimento, es más, está muy bien cuidadito, la alimaña no vive en la selva, el homínido aún sin evolucionar, y le queda rato, se encuentra en el lugar equivocado y él, con su mínimo conocimiento no sabe reconocerlo. Y es que cuatro paredes no pueden retener tanta incongruencia, sí, ha oído bien, cuatro paredes, porque la estancia en la que se encuentra este ser ignorante es nada menos que una aula, una aula de una pequeña escuela, con su pizarra, sus tizas tiradas por el suelo, ese olor que certifica que por aquella estancia corren las hormonas de los que son aún prototipos de hombres y mujeres. ¿Un lugar un tanto extraño para este tipo de ser, no creen? Pues ahí va el "valiente", seis horas durante cinco días a la semana es lo que pasa el grandullón encerrado y lo más sorprendente de todo, porque él quiere. Cuantas veces habrá molestado a los que como él pasan las horas, cuantas veces su presencia en aquella estancia no habrá valido la pena , cuantas veces habrá salido con la cabeza aún más vacía de cuando entraba. Y es que por mucho conocimiento que se imparta en esos pequeños metros cuadrados, él cromañón los va a despreciar, no quiere evolucionar, su estado de conformismo ha llegado demasiado lejos y se niega a avanzar y lo que es aún peor, que aquellos que están dispuestos a adquirir algún tipo de saber sean bloqueados e interrumpidos por las impertinencias de esta alimaña y de sus actuaciones como tal . Pero...¿Por qué este ser no abandona?¿Por qué no decide marcharse a lo que es su verdadera hábitat?¿Por qué se empeña en pertenecer a un mundo que no es el suyo? y sobre todo, ¿Por qué no deja en paz a los demás?
Tal vez tenga miedo, sí miedo, esa palabra que es capaz de paralizar a cualquiera por muy bruto y canalla que sea, tal vez, por que esas cuatro paredes hallan formado su forma de ser, tal vez por que lo que tanto odiamos se acaba convirtiendo en nuestro hogar y él al fin y al cabo es un cobarde.
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